Finaliza un año que ha sido capaz
de mezclar grandes y malos momentos. No obstante, con la perspectiva que ofrece
tener que volver la cabeza para divisar los retazos del 2016, sin duda, los
buenos momentos de chancletazos han desequilibrado claramente la balanza a su
favor. Los negativos, aunque sea paradójico, han aportado mucho más de lo que
podía imaginar.
Las causas de fuerza mayor,
físicas, han hecho que el balance de este período anual quedara en 6 Maratones.
Mucho más controlado que la pasada temporada y si soy justo, infinitamente más
coherente. Además he podido añadir a mi palmarés la Transvulcania, Ultramaratón de 74 kms. pero un sueño mío de
millones y millones de galaxias.